Muchas empresas atraviesan por la etapa en la que creen que vender es el fin último, lo ven como su principal objetivo, su motivación es cerrar una venta y toda su estrategia comercial se basa en la elaboración de presupuestos, metas de cumplimiento y excesivo foco en la gestión diaria. Lo cual no significa que esté mal pero no es suficiente para que la empresa pueda asegurar su participación de mercado, menos consolidarla y peor aún lograr las bases para un branding exitoso. Una venta es una consecuencia de un montón de acciones correctamente alineadas al propósito de la marca.

Tu propósito de marca es lo que te va a ayudar a vender

El principal motor de una marca es su propósito, el motivo por el cual hace lo que hace. Todas las marcas nacen con un propósito y no es GANAR DINERO, lo que las motiva a ser lo que son.

Generalmente las marcas que saben bien lo que hacen y cómo lo hacen, pero pocas recuerdan, o saben realmente por qué lo hacen, ¿Cuál es su propósito?.

El propósito no es un lindo slogan para repetir una y otra vez en gráficas y pautas publicitarias. El propósito debe ser auténtico, genuino, real, es parte del ADN de la marca y es lo que la da sentido a la misma. Es su razón de ser.

¿Cómo encontrar el propósito de mi marca?

Haciéndote las preguntas adecuadas.
¿Para quién hago lo que hago?,
¿Cómo lo que hago puede mejorar las vidas de mis clientes?
¿Cómo ese propósito transforma a mi cliente?
¿Es mi propósito real y creíble?

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